
Al parecer la peli se veía estupendamente bien aunque el audio era deficiente. Estuvo más de una hora proyectándose en la pantalla mientras vecinos y varios policías municipales asistían atónitos al espectáculo. Al final, ante la imposibilidad de parar la película, la policía municipal decidió optar por una solución rústica: colocar unos folios pegados con celofán sobre la pantalla.
Si dejamos de lado lo gracioso de este caso en particular, nuevamente queda patente la falta de seguridad en diferentes instalaciones e infraestructuras públicas.
Fuente: elmundo.es
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