sábado, 23 de enero de 2010

Cueva de los cristales, cielo e infierno

Cuando en 1978 Richard Donner dirigió Superman, creando la famosa guarida polar no podía ni imaginar que en abril del año 2000, en una mina de Chihuahua (México) se descubriría una réplica natural a 290 metros bajo el suelo: la cueva de los cristales.

A pesar de la espléndida belleza de estos cristales de selenita (una variedad de yeso), el lugar es mortífero. Para entrar en la cueva hacen falta respiradores y trajes especiales. La temperatura es de 50ºC y la humedad ronda el 100%, por lo que solo se puede permanecer dentro unos 20 minutos.

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