lunes, 12 de octubre de 2009

El show de los caballos suicidas


Durante muchos años fue el espectáculo estrella en el Steel Pier de Atlantic City. El caballo y su jinete subían a un trampolín de hasta 20 metros y se arrojaban en picado desde las alturas. El resultado era una zambullida espectacular que a veces acababa con graves lesiones.


El creador de la atracción fue el empresario William "Doc" Carver que empezó a explotar la idea hacia 1880 y puso a saltar a sus propias hijas y a su nuera. Esta última, una joven llamada Sonora Webster, cayó con los ojos abiertos y se quedó ciega de por vida, a pesar de lo cual siguió saltando desde el trampolín durante otros diez años. La historia inspiró la película Wild Hearts Can’t Be Broken.


El asunto es tan loco que uno no acaba de creérselo hasta que no ve las imágenes en movimiento:





Los caballos saltarines estuvieron tirándose del trampolín hasta los años 70, cuando las protectoras de animales presionaron para que se prohibiera.


Fuente: http://fogonazos.blogspot.com

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