sábado, 29 de agosto de 2009

Año 2030, se aproxima la tormenta perfecta


La población mundial crece, el suministro de alimentos disminuye, los acuíferos son cada vez escasos, los casquetes polares se derriten, los precios suben. Nadie puede discutir que las cosas empeoran a ojos vista, y parece que van a seguir empeorando.

Según el consejero científfico jefe del gobierno británico, el señor Sir John Beddington, todos estos factores comenzarán a confluir hacia el año 2030 conformando la “tormenta perfecta” de los desastres.

Dentro de 21 años, la población mundial se habrá incrementado en un tercio, alcanzando los 8.000 millones de personas. Como consecuencia, la demanda de alimentos aumentará en un 50%, la del agua lo hará en un 30% y la de energía en otro 50%.

Todos estos factores se retroalimentarán creando un problema mucho más serio que la suma de sus partes.

Tal y como explicó el profesor Beddington durante las conferencias del acto GovNet SDUK09 :

“¿Podremos reaccionar a las demandas futuras de agua? ¿Podremos generar la energía necesaria? ¿Podremos hacer todo esto mientras mitigamos y nos adaptamos al cambio climático? ¿Podremos alcanzar todos estos objetivos en solo 21 años”

Preguntas sin duda que dan que pensar.

Países como India o China se desarrollan a un ritmo muy alto lo que está provocando cambios dietéticos en su población. Mientras que antes basaban su dieta en arroz y verduras, el incremento en prosperidad conducirá a un mayor gasto poblacional en carne y productos lácteos, cuya producción trae consigo necesariamente un mayor consumo de energía.

El incremento en población, implica también que los suministros alimenticios serán menores, mientras que además la población abandonará áreas rurales para dirigirse a las ciudades a vivir y trabajar. Esto también provocará una mayor demanda de agua y energía, mientras que quedará cada vez menos gente para producir alimentos en la industria de la agricultura.

La Universidad de Kassel en Alemania ha predicho en su trabajo que llamado “mapa futturo del agua” que grandes áreas del globo sufrirá un estrés extremo a la hora de suministrar agua a sus poblaciones. Esto será especialmente evidente en el norte de África, el medio oeste de los Estados Unidos, oriente medio y grandes áreas de China, donde será imposible suministrar agua y agricultura para sus poblaciones.

Además, el agua será necesaria para el cultivo de plantas dedicadas al bio-combustible. Para combatir los efectos negativos de los combustibles fósiles, más y más gobiernos están cambiando hacia los bio-combustibles. Sin embargo, el problema que traen productos como el etanol es que necesitan enormes áreas de tierra para cultivar el maíz necesario para hacer el fuel. Muy a menudo, esstas tierras podrían emplearse para cultivar otros productos destinados a paliar el hambre.

El factor imprevisible que podría decidir si todo esto va a pasar o no es el ‘cambio climático’.

A pesar de los esfuerzos de varios países por reducir el nivel de emisiones, los casquetes polares siguen derritiéndose, las temperaturas globales siguen creciendo y la ecología del planeta entero está cambiando.

Este año se han visto monzones intensos a lo largo de toda Asia, y esta situación tiende a empeorar. Cosechas enteras podrían perderse debido a la falta de lluvia o incluso al exceso de ella, y con la población planetaria a punto de alcanzar los 7.000 millones, este asunto causa enorme preocupación.

Sir John Beddington no es el único preocupado por esta suposición, el profesor Pink de la Universidad de Warwich comentó: “Todas estas cosas llegarán a la vez. Hay alguna voz discordante sobre el asunto del crecimiento de la población, pero el resultado final es que sigue creciendo y que alimentar a toda esa gente va a ser más que un problema. Sabemos que alimentar al mundo será un problema, la cuestión es saber cómo de grande será ese problema”.


Fuente: http://www.maikelnai.es

No hay comentarios: