martes, 19 de febrero de 2008

KOSOVO NO SE VENDE




A la hora de escribir este artículo los secesionistas albanokosovares festejan su declaración de independencia.

Los Gobiernos de Alemania, Reino Unido, Francia e Italia, entre otros varios de la Unión Europea, se aprestan a reconocer al Estado títere auspiciado por los Estados Unidos. Se consuma así una nueva injerencia norteamericana en contra de Europa.

La secesión de Kosovo vulnera la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, así como la propia carta de Naciones Unidas y el Acta Final de Helsinki, que reclaman el respeto a la integridad territorial de los Estados.

Pero, de un peso superior a las anteriores razones, está la razón de la Historia y de la Identidad. Podría decirse que Kosovo es a Serbia lo que Asturias es a España, su santuario. Los Monasterios de Mitrovica, Gracanica y Pec custodian las reliquias y símbolos de la conciencia eslava y de la Fe cristiano-ortodoxa. Segregar Kosovo es arrancarle a Serbia el corazón.

Los promotores de la secesión argumentan que en Kosovo hay mayoría de población albanesa. Pero el asentamiento de esa población es históricamente reciente y carente de título legítimo. Su presencia no puede desvirtuar el derecho fundado de Serbia. Es más, su presencia, ilegítima, debe tocar a su fin. Y no cabe argumentar en contra con el manido término de la limpieza étnica. No tuvieron en cuenta los Aliados ese término tras la II Guerra Mundial cuando impusieron un desplazamiento forzoso, en condiciones inhumanas, a las poblaciones alemanas de Silesia, Pomerania, Sajonia, Sujetes, Paises Bálticos, Prusia Oriental; o cuando entregaron a Stalin a los Cosacos del Ejercito de Wlasoff, a los que acompañaban ancianos, mujeres y niños, y a los que el Ejercito Rojo obligó a marchas forzadas, que ocasionaron miles de muertos. Tampoco lo tuvieron en cuenta al crear el Estado de Israel, que supuso el éxodo masivo de palestinos –asentados en Tierra Santa desde hace casi dos mil años-, y que, aún hoy, obliga al exilio o la muerte.

Kosovo es Serbia. La declaración ilegítima y universal de independencia de hoy, 17 de febrero, es nula, como muy bien ha proclamado con carácter preventivo el actual Gobierno Serbio, presidido por el Primer Ministro Vojislav Kostunica.

Esa declaración de independencia no sólo es nula, sino que es sobre todo un crimen contra Serbia y contra Europa, perpetrado por Estados Unidos y secundado por los gobiernos traidores de las naciones europeas.

Frente a ese crimen, los patriotas de las Naciones europeas nos alienamos con los patriotas serbios. Los europeos fieles sabremos plantar batalla por una Europa íntegra, unida y libre. La reintegración de Kosovo a Serbia es un objetivo de esa batalla.

Pedro Pablo Peña



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