lunes, 17 de diciembre de 2007

El desastre de Salton Sea




A mediados de los años 70, el lago Salton estaba llamado a ser una especie de Riviera californiana, un retiro paradisíaco apartado de Los Angeles y las grandes ciudades. Sin embargo, y por efecto de la mano del hombre, el lugar terminó convertido en una balsa fétida en mitad del desierto, un paisaje de pesadilla y un santuario para los amantes de los lugares abandonados.


La historia del lago Salton es la historia de uno de los peores desastres ecológicos de Estados Unidos. Afectadas por vertidos incontrolados, las orillas del lago son ahora un cementerio de botellas y neumáticos. A su alrededor, se acumulan los peces muertos y las casas abandonadas. En algunas urbanizaciones, como Bombay beach, los objetos están tal y como los dejaron sus antiguos habitantes; una silla en el interior de una piscina vacía, los restos de un porche enterrado o el esqueleto de una caravana oxidada.


El lago Salton fue creado de forma artificial en 1905, cuando el desbordamiento accidental de los regadíos del río Colorado inundó la depresión salina por varios meses. Durante los siguientes años, el lago fue creciendo hasta alcanzar una extensión de 900 kilómetros cuadrados, aunque nunca llegó a cubrir 15 metros en sus puntos más profundos.


A partir de los 70, la idea de los promotores fue levantar en sus orillas un nuevo Palm Springs, pero el aumento de la salinidad y las toneladas de fertilizantes vertidas por los agricultores terminaron por convertirlo en un lugar fantasma. A ello hubo sumarle la contribución del Río Nuevo, un torrente de agua procedente del sur con las aguas fecales y los desechos industriales de varias poblaciones. Un río que, hoy en día, sigue estando considerado el más contaminado de Estados Unidos.




Aferrados a un antiguo sueño, algunos habitantes de estas urbanizaciones se resisten a marcharse del lugar. El documental “Plagues & Pleasures on the Salton Sea” inmortaliza algunas de estas sórdidas vidas junto al lago, barriadas donde ya no quedan centros comerciales, colegios ni lugares donde divertirse. Sin embargo, muchos de estos hombres y mujeres aún sostienen que se trata de un lugar maravilloso



Ya sea por el sol del desierto, o por los efluvios del Salton sea, lo cierto es que éste es uno de los lugares con mayor número de chiflados por metro cuadrado del planeta. Así lo atestigua la historia de Donald Scheidler, por ejemplo, un viejo predicador que saluda a los turistas desnudo junto a la carretera, o la de Leonard Knight, el autor de la psicodélica montaña de la Salvación. "No nos hacen como a las galletitas de jengibre", dice Knight en el documental, "si todo el mundo hiciera lo mismo, sería un poco aburrido ¿no crees?". Dos historias de Salton sea a las que os invito a asomaros desde aquí:






Fuente: http://fogonazos.blogspot.com

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