Utilizar elefantes fue un método de ejecución común para aquellos que eran condenados a muerte en el sur y sudeste asiático, especialmente en la India, durante casi 4.000 años, aunque también la usaron Romanos, Cartagineses e incluso en la Biblia se menciona (en el Deuteronomio). Romanos y Cartaginese los utilizaron sobre todo para ejecuciones en masa, contra amotinados o ejercitos vencidos. En cambio en Oriente, el uso de los elefantes como verdugos estaba unido a su utilización como símbolo del poder real.
La inteligencia, domesticación y versatilidad de los paquidermos les daba ventajas considerables respecto a otros animales salvajes como leones y osos, también usados como medio de ejecución. Lo más importante es que además estaban bajo el control constante de su conductor, lo que permitía garantizar un perdón de último minuto en el caso de querer mostrar piedad.
Los elefantes podían entrenarse para matar rápidamente a la víctima simplemente aplastándole la cabeza o ejecutar a los prisioneros de muy variadas formas, prolongando la agonía hasta una muerte lenta mediante torturas. Los elefantes, guiados por su conductor, sabían dislocar miembros o romper huesos sin hacer lesiones mortales.
La forma más común de ejecución era el aplastamiento del cuerpo o de la cabeza, pero también clavando los colmillos o poniéndoles cuchillas en los mismos. Otras veces sujetaba al reo con una pata al suelo y con la trompa le arrancaba los miembros uno a uno.
El aplastamiento por elefante fue abolido por los británicos en su conquista colonial de la India en 1815. La última ejecución de este tipo de la que se tiene noticias ocurrió en el siglo XIX y en la actualidad, afortunadamente, no se realizan ejecuciones de este tipo en ninguna parte del mundo.
Fuente: http://historiasconhistoria.blogia.com
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