viernes, 21 de septiembre de 2007

El Edificio Chrysler y sus águilas


El Edificio Chrysler con sus 319 metros de altura y 77 pisos, por primera vez abrió sus puertas al público un 27 de mayo de 1930 en la esquina de la Calle 42 y la Avenida Lexington, al este de la isla de Manhattan, como sede de una las principales firmas automotrices en el mundo.




En una época donde se empezaban a construir grandes edificios para demostrar el poderío de Estados Unidos, varias constructoras competían entre sí para levantar el rascacielos más grande del mundo. Fue la Corporación Chrysler, al mando de Walter P. Chrysler que cuatro años después de sacar su primer automóvil, alzó la mano con 15 millones de dólares para la edificación, diseño y arquitectura, concediéndole el proyecto a William Van Alen. Así, un 19 de septiembre de 1928 se empezó a levantar el edificio.





El acero escogido para cubrir el edifico fue el Krupp KA2 “Enduro”; las esquinas del piso 61 fueron adornadas con águilas, réplicas de los ornamentos en el cofre de los autos Chrysler de 1929, al igual que en el piso 31, donde la decoración de las esquinas son réplicas de las cubiertas de los radiadores.







El edificio está construido de albañilería con un marco de acero y revestimientos de metal. Un poco antes de terminar la obra, Van Alen consiguió una autorización para realizar una enorme aguja de 58.4 metros de altura de acero inoxidable Nirosta y colocarla dentro de la cima de la edificación el 23 de octubre de 1929. Las distintivas decoraciones de la edificación estaban basadas en las usadas en aquel entonces en los automóviles Chrysler.

La enorme estructura ya podía sobresalir de los inmuebles como la Torre Eiffel y rebasaba al edificio Woolworth ubicado en Wall Street 40, del señor H. Craig Severance, que un poco antes de terminar el Edifico Chrysler, Severance aumentó 60 cm. más a la altura de su construcción reclamando el título del edifico más alto del mundo.






Sin embargo, a la obra de William se le adjudicó no sólo el edificio más alto de la tierra sino también fue la primera estructura hecha por el hombre en tener más de 305 metros de altura. El gusto y el orgullo que Walter P. Chrysler y Van Alen tenían de la sede de Chrysler les duró poco, pues en menos de un año, fue sobrepasado en altura por el también famoso Empire State.




Después del fallecimiento de Chrysler en 1940, la obra arquitectónica pasó por la época de “vacas flacas” hasta que entre 1978 y 1979, recibió el título de edificio histórico, durante aquellos años comenzó su renovación comenzando con la entrada del hall el cual fue construido de granito, mármol y acero.

La aguja también tuvo su restauración que fue terminada hasta 1995. Actualmente la obra arquitectónica es copropiedad de TMW Real Estate en un 75% quien compró el inmueble en 1998 y Tishman Speyer Properties, en un 25%.



Conociendo la historia del Edificio Chrysler uno se puede imaginar lo que se encontrará en su interior. El lobby es similarmente elegante y destaca por conservar sus paredes de mármol africano con vetas rojas y un mural de Edward Trumbull que describe las glorias del transporte mundial. Los ascensores, también mantienen la decoración original de felpa y madera contrachapada.




Cuando el edificio se abrió por primera vez contaba con una galería de acceso público en la parte alta, la cual algunos años después fue sustituida por un restaurante, pero ninguna de estas dos iniciativas fueron capaces de ser económicamente sostenibles durante la Gran Depresión y el piso del antiguo mirador se convirtió en un comedor privado llamado Cloud Club.

Los pisos superiores del edificio son estrechos con techos inclinados y bajos, diseñados principalmente pensando en el aspecto exterior con interiores útiles para sostener únicamente la emisora de radio y otros equipos mecánicos y eléctricos.



Fuente: http://fogonazos.blogspot.com

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