Situado a 3.571 metros sobre el nivel del mar, el observatorio meteorológico Sphinx es el edificio construido a mayor altitud en todo el continente europeo. Su pequeña y brillante cúpula es visible en mitad de un inmenso valle glaciar en los Alpes suizos, rodeada por una pared de picos que superan los 4.000 metros y convierten a este lugar en el “techo de Europa”.
El observatorio de “la Esfinge” fue construido en el año 1950 con el objeto de realizar mediciones meteorológicas. Hoy día, el espectáculo que se observa desde su pasarela se ha convertido en una de las atracciones turísticas de este macizo, declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2001.
Además de ser uno de los lugares más bellos de la Tierra, el aire puro de estas montañas y la excelente localización proporcionan condiciones ideales para la investigación científica. Astrónomos, geólogos, físicos y meteorólogos han hecho importantes contribuiones a la investigación medioambiental desde este lugar.
Junto a la impresionante terraza sobre el glaciar, el Sphinx dispone de dos grandes laboratorios, una sala de segumiento meteorológico, un taller y una cúpula astronómica equipada con un telescopio.
Desde la terraza del Sphinx, los picos Eiger, Mönch y Jungfrau se levantan como auténticos gigantes de hielo. Para haceros una idea de donde se encuentra el observatorio, os sugiero que pinchéis en las siguientes dos imágenes; la segunda es el mapa con su ubicación en Google Maps.
También para que os hagáis una idea, éstas son las vistas desde el observatorio, grabadas por un aficionado:
Unos metros más abajo, se encuentra la estación de ferrocarril más alta de Europa (Jungfraujoch, 3.454 metros), hasta la que asciende un pequeño tren que recorre el corazón de la montaña a través de un largo túnel. Esta línea, que posee todos los récords en lo que a altitud se refiere, fue construida hace casi cien años y tiene dos paradas en el camino: Eismeer y Eigernorwand. En ellas, dos inmensos ventanales excavados en la roca permiten vislumbrar la pared norte del Eiger.
Una vez llegados a la estación de Jungfraujoch, los visitantes pueden subir en ascensor 117 metros más hasta la terraza panorámica del Sphynx. Por si fuera poco, el interior de la montaña esconde también un Palacio de Hielo, con esculturas cinceladas sobre hielo perpetuo.
Fuente: http://fogonazos.blogspot.com
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