miércoles, 21 de abril de 2010

Objetivo: rescatar a los muertos del Everest




“El procedimiento es el siguiente: se contacta con las familias a través de los organizadores de las expediciones. Si las familias dan el consentimiento, se baja el cuerpo muerto”. El próximo 25 de abril, el español Pablo Chertudi partirá hacia la cima del Everest junto al equipo de treinta sherpas que limpiará por primera vez la conocida como “Zona de la Muerte”. Entre sus objetivos, además de limpiar la basura que dejan las decenas de escaladores que ascienden cada año, está recuperar alguno de los más de 40 cadáveres que quedaron por el camino y que han permanecido en el lugar durante años, a veces décadas.

“Vamos a bajar el cuerpo de un suizo que murió durante el descenso en el año 2008”, asegura Chertudi en conversación telefónica con lainformacion.com, “y se hará el crematorio en el campo base del Everest”. Hasta ahora, es el único fallecido cuya familia ha dado el consentimiento, pero el equipo tiene localizados los cuerpos de otros tres alpinistas y esperan obtener el permiso para recuperarlos antes de comenzar la expedición.

La misión ha sido ideada y liderada por el sherpa Namgyel, uno de los guías más veteranos del Himalaya y compañero de Chertudi en el proyecto Feelingnepal.com. Cuando termine la misión, Namgyel habrá completado su sexta ascensión al Everest sin oxígeno, uno de los muchos logros que ha alcanzado durante una vida dedicada a la escalada.

Un ascenso tras otro, el nepalí se ha cruzado con los cadáveres que reciben de forma habitual al escalador. Por eso, aunque la misión se ideó originalmente para limpiar la basura, su mente se dirigió irremediablemente hacia los que allí han quedado. “En el ascenso por la cara sur, a simple vista, se pueden ver otros tres cuerpos a día de hoy”, explica Chertudi. “Namgyel calcula que en el total del ascenso haya entre 15 y 17 cuerpos más, pero los aludes los han dejado bajo el hielo”.

Pero, ¿se deben bajar los cuerpos de la montaña? Muchas familias prefieren que los cuerpos se queden allí por expreso deseo de los escaladores. Chertudi cree que al final habría que quedarse con la última palabra del montañero. “El cuerpo de Iñaki Ochoa de Olza”, recuerda, “lo dejaron en el Anapurna porque ésa era su voluntad”. Hasta él, que no realiza grandes escaladas pero que se ha recorrido las alturas del Himalaya en bicicleta, se lo ha planteado alguna vez: “Mi padre le dijo a mi madre que se estuviera tranquila”, asegura, “porque si me pasa algo, será haciendo lo que me gusta”.



Una cima masificada y degradada

La Extreme Everest Expedition 2010 no tiene carácter comercial y es la primera expedición realizada al cien por cien por sherpas. La iniciativa nació con motivo del año del Turismo en Nepal, que se celebra el año que viene. Pablo Chertudi, que participa como embajador de la misión y les acompañará hasta el campamento situado cerca de los 8.000 metros, asegura que el objetivo es “bajar más de dos toneladas de residuos, entre botellas de oxígeno, tiendas de campaña, cuerdas o ropa que dejan las expediciones en el ascenso”.

El aumento de temperaturas, y la acumulación de restos, están derritiendo el hielo y haciendo más difícil la escalada cada vez. Los crampones están pensados para hielo, no para roca, aseguran los escaladores. Otras misiones de limpieza habían cubierto zonas más bajas, pero la falta de oxígeno y las dificultades de la zona impedían acceder al último tramo.

“Meterán la basura en grandes sacas”, explica, “y las arrastrarán hacia abajo”. “Lo más abundante son las botellas vacías de oxígeno, las tiendas y las cuerdas. Hay cuerdas de hace muchísimos años, fijas y atadas. Muchas expediciones utilizan estas cuerdas viejas para subir, que es un riesgo impresionante”. “Y tiendas de campaña hay para aburrir”, dice. “Una ventisca te destroza un campo de altura y eso se queda ahí”.



¿Dónde están los escaladores estrella?

Una de las circunstancias que más llama la atención es que la expedición esté íntegramente constituida por sherpas. Condenados al anonimato, estos pequeños hombres son muchas veces los verdaderos héroes de estas cimas, que suben una y otra vez sin que nadie repare en ellos.

La expedición de limpieza de la Zona de la Muerte, según Chertudi, la protagonizan ellos “porque los únicos que lo pueden hacer son los propios sherpas, ya que es su montaña” “A los miembros de una expedición internacional lo único que les importa es llegar a la cima y bajar sano y salvo. Las propias personas de allí son las que se preocupan y se interesan por su medioambiente y su entorno”.

Y los hechos hablan por sí solos: la misión para limpiar la Zona de la Muerte ha conseguido el patrocinio del gobierno nepalés y de un banco de Nepal. Las empresas de turismo que comercializan escaladas a la cima y llenan el Everest de turistas ni ponen nada ni han mostrado el más mínimo interés.


Fuente: http://noticias.lainformacion.com

No hay comentarios: